Créditos


Cuando hablamos de crédito, lo primero que nos viene a la mente son las tarjetas bancarias. Sin embargo, todos sabemos que crédito se refiere a muchas otras formas de obtener algo sin desembolsar su total inmediatamente.

El crédito nació en muchos lados de diferentes formas, pero quizá su forma más pura fue en la ciudad de Ginebra, Suiza en la época de la Reforma Protestante. Los protestantes expulsados de sus ciudades en Europa rápidamente llegaban a Ginebra donde el gobierno local, asesorado por Juan Calvino, les permitía poner el negocio de su especialidad otorgándoles el dinero suficiente para arrancar, con la promesa de que sería devuelto dicho dinero en un periodo establecido.

Las personas que llegaban (zapateros, costureras, joyeros, etcétera) no tenía el capital suficiente para iniciar y de esta forma accedían al crédito del gobierno para iniciar.

Posteriormente algunas personas comenzaron a utilizar el mismo sistema de préstamo pero cobrando un porcentaje por haber otorgado el crédito. Este porcentaje o cantidad establecida es lo que ahora conocemos como la tasa del crédito.

En términos generales, así empezaron los créditos en Europa. Pero no todo quedó ahí, ya que muchos empezaron a atrasarse con sus pagos y los prestamistas pronto tuvieron que recurrir a algunas acciones para garantizar que los pagos fueron cubiertos. Comenzaron a investigar a los que sería sujetos de crédito para saber si con sus ingresos podrían cubrir el préstamo.

Pero también esto fue modificándose, ya que los negocios tenían que ser analizados bajo muchos aspectos, tales como la demanda, los precios de la competencia y demás variables que hacía la pura labor de investigación más costosa que los intereses que cobraban.

Para evitarse muchos de estos incovenientes, consideraron tener la opción de alguién que ya hubiera obtenido algún crédito o que fuera de probada reputación de poder cubrir los pagos, y que así funcionara como aval del sujeto de crédito. Y aunado a esto, promovieron entre las autoridades que la falta de pago fuera penada por la ley, ya fuera con enajenación de bienes, multas o hasta cárcel.

Todos estos componentes son ahora conocidos como parte de los créditos: Monto, aval, tasa de crédito o interés, obligaciones, etc.

Ahora bien ¿para qué sirven actualmente los créditos? Evidentemente siguen funcionando para los fines originales, que es poner un negocio. Pero también se ha diversificado los usos y por supuesto, las condiciones. Actualmente el uso de crédito tiene dos funciones a grandes rasgos:

1) Obtener bienes o servicios que no se podrían obtener más que ahorrando determinando periodo (normalmente años); o 2) para realizar las compras y pagos regulares sin utilizar efectivo.

El crédito que se otorga por parte de las entidades (bancos, tiendas departamentales, agencias, etcétera) puede llevar tantas restricciones como la entidad requiera para garantizar que le será devuelto el capital prestado.

Éstas condiciones pueden limitar el monto del crédito al que puede acceder la persona, compromisos de pagos mínimos para seguir accediendo al creédito, el compromiso de pago por parte de uno a varios avales, la firma de un contrato o hasta la retención de la factura de posesión del bien adquirido hasta que sea completado el pago del mismo.

El tiempo de recuperación de los créditos ortorgados también varia dependiendo de la entidad. Normalemnte cuando son inmuebles los créditos van desde 10 hasta 30 años, si es de automóviles, puede ser de 1 a 5 años y así. En el caso de los créditos para compra mediante tarjeta bancaria, el crédito no tiene un plazo fijo, sino un compromiso de pogo mínimo para cubrir el crédito.

Ahora bien, las preguntas importante son: ¿debo tener un crédito? ¿es bueno? ¿hasta cuanto puedo pedir o debo pedir? Es bueno tener un crédito para obtener algún bien específico, como un auto o una casa, pero siempre se debe cuidar algunos aspectos:

- El monto del crédito: Si se trata de un bien el monto mensual a pagar no debe exceder más de 1/3 de nuestros ingresos mensuales, sin importar el plazo. Es importante, en el caso de los autos, de que el plazo no sea tan largo, ya que los gastos propios del auto se van incrementando en relativo poco tiempo por mantenimiento.

- Condiciones del crédito: Siempre es vital verificar que las condiciones sean justas. Muchas veces, a la mitad del plazo de un crédito la gente se ve imposibilitada de seguir cubriendo los pagos y las condiciones de pago deben de garantizar que se pueda recuperar una parte proporcional de lo que sí se ha pagado.

- Tarjetas de crédito: Aquí es importante tratar de pagar el monto total del crédito con los ingresos mensuales. En caso de que se haya adquirido algún bien que no se pueda cubrir en su totalidad durante un mes, tratar de negociar pagos diferidos a los meses que más convenga y considerarlo dentro de los gastos mensuales. También es conveniente que solo un máximo de 2/3 de nuestras compras mensuales sea a crédito y por otro lado, no gastarnos más de 2/3 parte de nuestro límite de crédito en un mes.

En las líneas de crédito el atrasarse en lo pagos, casi en todos los casos, se vuelve un círculo vicioso que termina por endeudar a la gente a niveles peligrosos para sus finanzas. Es por eso que la disciplina en pagos y uso de créditos (y deuda) es vital para poder mantener el nivel de vida que tiene uno.

Espero que esta pequeña explicación les sirva para administrarse... si no terminarán en buró de crédito como yo, snifff.

Nigger

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