Buzzard in the wind shield
Para los no doctos en el idioma de Shakespeare, el título es: "Zopilote en el parabrisas" y es que estaba recordando una ocasión, regresando de un viaje a la gran metrópoli de Saltillo (es más, ciudad cosmopolita) con el Tonator, el Kali y el Choroloco, en el tramo de Saltillo a Matehuala.
Ibamos como a 170-180 kph en una Grand Voyager cuando a lo lejos divisamos a 3 zopilotes degustando un animal en el acotamiento del lado de la carretera por la que pasaríamos. Dos de ellos decidieron tomar vuelo hacia el afuera de la carretera cuando sucedieron dos incidentes.
Primero, como iba manejando, y la hielera con las latas de refreso (indispensables en cualquier viaje) estaba atrás, le pedí al Kali que me pasara una para mitigar la sed que producía el calor de mediodía. Como había visto a dos de los zopilotes volar, deduje que el tercero haría lo mismo, cuando se echara su último bocado, pero para sorpresa mía, y de los demás también, el estúpido zopilote emprendió vuelo, pero hacia la carretera.
Cuando vi tal acción, solo pude reaccionar a soltar el pie del acelerador y agachar un poco la cabeza (habrá versiones que dramatizarán esta reacción natural en forma denigrante, pero no importa, porque esta fue la realidad). El estúpido zopilote alcanzó a dar dos aletazos, voltear su cabeza hacia nosotros y fue embestido a la altura el parabrisas a una velocidad que calculo fue de 150-160 kph.
Obviamente no me paré a ver qué le había pasado al estúpido zopiote, que seguramente fue devorado por sus anticipados compañeros que volaron primero. La camioneta sufrió un mediano estrellamiento del parabrisas en la zona del conductor que se fue agudizando hasta alcanzar la totalidad del mismo, al tiempo que llegabamos a México.
Además, para el último tramo de Querétaro a México ya era de noche y estaba lloviznando, y el Choroloco sacó a relucir su habilidad al manejo para llegar sin mayores contratiempos a nuestro destino.
Recuerdo que ese incidente nos hizo comprobar que San Luis Potosí es un pueblo polvoriento y que en el centro huele a miados. Y el Kali se sacó una foto al finalizar el viaje que evidenciaría su ratonez de por vida.
Foto de un zopilote:
Nigger
Ibamos como a 170-180 kph en una Grand Voyager cuando a lo lejos divisamos a 3 zopilotes degustando un animal en el acotamiento del lado de la carretera por la que pasaríamos. Dos de ellos decidieron tomar vuelo hacia el afuera de la carretera cuando sucedieron dos incidentes.
Primero, como iba manejando, y la hielera con las latas de refreso (indispensables en cualquier viaje) estaba atrás, le pedí al Kali que me pasara una para mitigar la sed que producía el calor de mediodía. Como había visto a dos de los zopilotes volar, deduje que el tercero haría lo mismo, cuando se echara su último bocado, pero para sorpresa mía, y de los demás también, el estúpido zopilote emprendió vuelo, pero hacia la carretera.
Cuando vi tal acción, solo pude reaccionar a soltar el pie del acelerador y agachar un poco la cabeza (habrá versiones que dramatizarán esta reacción natural en forma denigrante, pero no importa, porque esta fue la realidad). El estúpido zopilote alcanzó a dar dos aletazos, voltear su cabeza hacia nosotros y fue embestido a la altura el parabrisas a una velocidad que calculo fue de 150-160 kph.
Obviamente no me paré a ver qué le había pasado al estúpido zopiote, que seguramente fue devorado por sus anticipados compañeros que volaron primero. La camioneta sufrió un mediano estrellamiento del parabrisas en la zona del conductor que se fue agudizando hasta alcanzar la totalidad del mismo, al tiempo que llegabamos a México.
Además, para el último tramo de Querétaro a México ya era de noche y estaba lloviznando, y el Choroloco sacó a relucir su habilidad al manejo para llegar sin mayores contratiempos a nuestro destino.
Recuerdo que ese incidente nos hizo comprobar que San Luis Potosí es un pueblo polvoriento y que en el centro huele a miados. Y el Kali se sacó una foto al finalizar el viaje que evidenciaría su ratonez de por vida.
Foto de un zopilote:
Nigger
Comentarios
Buen blog.
Un abrazo.