Una muerte polémica

El domingo murió el dictador chileno Augusto Pinochet y en Chile se levantó la polémica sobre el gusto o disgusto de su muerte. Mientras miles de chilenos salían a las calles a festejar, otros tanto salieron a protestar contra estos festejos defendiendo la postura del exmandatario y a nivel mundial, el balance de su administración siempre ha sido visto con malos ojos por las repercusiones sociales que se vivieron en esa época.

La verdad es que hay dos puntos de vista muy claros, que si bien se contraponen, siempre van de la mano en este tipo de circunstancias. Pinochet derrocó mediante golpe de estado a Salvador Allende, a quién le había jurado fidelidad en su momento. La traición representó una oportunidad a Pinochet de establecer una política contraria a la tendencia "comunista" que parecía implantar Allende en Chile. Obviamente el beneficio personal de Pinochet también tuvo que ver, pero al final de cuentas la postura de un régimen dictatorial y militar conlleva un orden en todos los ámbitos.

La solidez que alcanzó Chile como nación a partir de este régimen, es claro en la actualidad, al ser Chile la nación con mejor posición económica, social y hasta cultural de sudamérica, arriba incluso de Argentina o Brasil y cuyos modelos económicos han sido contantemente copiados por economías como las centroamericanas e incluso la mexicana. Este es el punto que defienden los "pinochetistas".

Recientemente algunas personas de mi trabajo viajaron a una conferencia en Chile sobre energía y no oyeron comentarios en contra del régimen impuesto por el dictador. Era obvio que reconocían la labor económica, política y cultural que se implantó en aquel entonces. Lo malo para la mayoría de la gente en este tipo de régimen militar es el costo social que se tiene.

Aquí es dónde la mayoría brinca en contra de Pinochet y los militares, ya que la ausencia de garantías individuales y el constante temor que crece en la sociedad por no contar con derechos, hace imposible de ver el régimen dictatorial como una buena solución.

Digamos que en términos generales el régimen de Pinochet fue: Economía, Política, Cultura, Educación - bueno y Aspecto social, Humano, Libertad - malo. Y al final el punto de vista puede contrastar y servir como ejemplo de lo que puede dejar una administración militar en un país.

Hay quienes dicen que a México le hace falta vivir un régimen militar para estabilizar la desigualdad social, económica y política, pero cada que lo pienso, y a pesar de estar a favor sobre la forma de gobierno, el costo social sigue siendo demasiado alto como para promover una política de tal índole.

Obvio que como financiero siempre se reconocerá que es la mejor vía, pero no me gustaría vivir con el pendiente de encontrarme un día buscando familiares o amigos desaparecidos. Sin duda, una de las peores experiencias que puede vivir el ser humano.

Nigger