Lo barato sale caro... ¿se hará realidad en el gas LP?
El 7 de enero, el presidente anunció el Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo, en que tocó el punto de los combustibles. Anunció que el gas LP reduciría un 10% su precio actual y después de mantendría constante; para ese momento el precio del gas LP estaba en 10.17 pesos por kilogramo (para los que tienen cilindros) ó 5.49 por litro (para los que tiene tanques estacionarios).
Este acuerdo puso al gas LP en 9.15 el kilo ó 4.94 el litro. Para los distribuidores de gas LP, que llevan un par de años sufriendo con su margen comercial, este anuncio les vino a dar al traste sus negociaciones y el anuncio de la tan ansiada directiva de precios para el gas LP que haría que el precio del gas LP estuviera regido por los niveles internacionales, como el gas natural.
Los gaseros obtienen su margen del precio máximo al público, menos el precio de venta de primera mano (precio de PEMEX) y el costo del flete por transportar el gas LP desde las plantas de PEMEX hasta sus plantas de almacenamiento. Como ya no pueden mover el precio al público, su margen solo podría crecer si les dejan más barato el precio PEMEX, pero eso implicaría un ingreso menor en las finanzas públicas que ya están presupuestadas y por lo tanto, no se puede tampoco.
¿Qué otras opciones les quedan a los distribuidores de gas LP? La más obvia sería dejar de llevar el gas a las zonas donde les sea menos rentable. Por concesión, toda la población debe tener acceso al gas LP y éste debe ser llevado por los gaseros, por lo que esta opción la elegirían pero con el riesgo de perder su concesión.
La otra opción es cobrar por cada entrega un tarifa fija; es decir, por cada vez que el gasero lleve un cilindro o cargue en un tanque estacionario, cobrará una tarifa fija, independientemente de la cantidad que esté entregando.
Ahora, hay dos maneras de hacerlo: la más fácil sería determinar la cantidad necesaria que les falta a los gaseros y que no se les puede dar vía margen, y dividirla entre el total de eventos al mes que hacen en entregas. Lamentablemente esta opción representaría un gasto adicional al usuario, ya que para este solo le van a incrementar su gasto en gas.
La otra opción sería calcular una tarfia por evento de entrega y dejar de cobrar la parte proporcional a los gastos de distribución del margen. En otras palabras, si el margen se compone de: Almacenaje, Envasado y Distribución, pero la Distribución la cobro vía Tarifa por Entrega, entonces el margen solo les corresponde por Almacenaje y Envasado.
Esta opción haría que el precio del gas bajara alrededor de un 10% de su precio actual más la tarifa por entrega. Haciendo este ejercicio habría un precio para el kilogramo de aproxiamadamente 8.10 (en lugar de 9.15) y el del litro sería de aproxiamdamente 4.30 (en lugar de 4.94), con una tarifa por entrega de 32.00 por cada vez que surtan cilindros y 70.00 por cada carga en tanque estacionario.
Con estas tarfias, el usuario tendrá que pedir que el gas LP le sea entregado menos veces, tratando de comprar más cantidad por vez y así no estar pagando la tarifa de entrega. Esto provocará que los gaseros sean más eficientes en sus entregas, ya que no tendrán que surtir tantos lugares distintos por día.
Esta nueva situación, de darse, haría que si pedimos menos gas, nos va a salir más caro en general, en cambio, si pedimos más gas, nos saldrá más barato... por lo tanto, el esquema alternativo para el gas LP cumpliría la premisa del título: lo barato sale caro.
Nigger
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