Semisocial
Hace algunos díás estaba leyendo en otro blog sobre los sicópatas como personas antisociales e incapaces de relacionarse con las personas sin verlas como meros objetos.
Yo siempre me había considerado un anitsocial, pero leyendo esta definición, creo que no caigo en esta categoría. Es cierto que en lo general odio a la gente y no me gusta convivir con ella, y más cuando es gente sin sesos o "borregos" de la moda o la mercadotecnia. Obviamente no soy una persona social pero creo (no lo puedo afirmar categóricamente) que soy de sangre ligera y le caigo bien a las personas en lo general.
Dado que no soy un completo antisocial ni mucho menos una persona sociable, creo que la categoría sería semisocial y siendo más exactos, soy un semisocial tendiente a antisocial o un semisocial engentado, ¿porqué? porqué simple y sencillamente no me siento a gusto cuando hay más de 10 personas en una reunión o cuando hay que atravesar un mar de gente en un centro comercial o en un restaurante donde tienes que levantar tu voz porque el ruido de las mesas contiguas no te dejan escuchar las conversaciones.
Me gustan los lugares donde uno puede platicar a gusto sin tener que interrumpir las conversaciones con situaciones ajenas a ella, por ejemplo: cuando te piden que muevas tu silla para que una persona pase (o cuando de plano ni te piden permiso y pasan moviendótela con un sape de su chamarra-saco-suéter-bolsa del susdicho) o cuando las risas de otras personas te obligan a voltear o al menos alzar la voz (con el clásico gesto de hastío).
Tampoco disfruto de los lugares (bares, restaurantes o lo que sea) donde el sonido local, ya sea de música o anunciates, es demasiado fuerte y para comunicarte necesitas gritarle al oido a la otra persona. Este categoría excluye cuando el fin de asistir al lugar es precisamente escuchar la música (conciertos, bar 299 o similares).
Pero volviendo al caso del semisocial, yo tiendo mucho a engentarme rapidamente. Sobre todo en fechas donde la afluencia de personas se incrementa por algún acontecimiento tal como Navidad, 14 de febrero, Día de las Madres, visitas papales, etcétera. Y precisamente en esta época navideña tuvo dos episodios de este estilo con motivo de la navidad.
Caso 1
El viernes 23 tenía que acompañar (osea, hacerla de chofer) a mi prima al doctor en la mañana en la colonia Roma, después acompañar a mi papá a una reunión en la Nueva Aragón y de ahí teníamos que pasar a algún centro comercial para hacer las compras finales de navidad y llegar en la noche a casa de mi hermano Mario en la subida al Ajusco pasando Six Flags.
Decidí que ese centro comercial fuera Perisur por dos razones: 1) es el que quedaba más cerca de la casa de mi hermano y 2) porque hace mucho que no iba ahí y la vista debería ser gratificante. Llegamos como a eso de las 6 de la tarde al susodicho centro comercial y como era de esperarse, el estacionamiento estaba hasta gorro. Como tenpia 15 minutos de tolerancia, antes de que se cumplieran me salí del estacionamiento para dejar mi auto en las calles aledañas, dejando a mis papás, tías y prima en la entrada de Sanborns.
Al buscarlos en Sanborns tuve que cruzar media plaza deleitandome con la vista que ofrecen las féminas del sur de la ciudad y entré al baño de Sanborns, pero llegado a este punto y después de sortear el mar de gente estorbosa que hace barreras en los pasillos, que deja a medio pasillo la carreola con el niño llorando o las bolsas de sus compras o que se detiene en los aparadores sin importales si estás estorbando o no, decidí que iba a esperar a mis familiares sentado en una banca viendo mejor pasar la gente en lugar de caminar en medio de ella.
Después de manejar de Satélite a la Roma a la Nápoles, a la Nueva Aragón, al Pedregal, al Ajusco y de regreso a Satélite, creo que el episodio no estuvo tan mal al estar solo 90 minutos en el centro comercial en un 23 de diciembre.
Caso 2
El otro episodio sucedió al martes siguiente, ya que la semana de asueto en la mayoría de la gente estaba en su apogeo, y dónde el circular en la ciudad fue bastante agradable. Había quedado en ir con mi prima y mi hermano Carlos a comer a las Costillas de San Luis (en la calle de San Luis pasando Tonalá a media cuadra pasando el Hospital Santa Fe del lado izquierdo) y aunque el lugar siempre se llena, nunca había visto tanta gente a las 3 de la tarde en este lugar.
Teníamos que apañar lugar en las mesas comunitarias que están en el restaurante estilo los Churros El Moro del centro. Y después de ganar un lugar, ver como la demás gente te mira cómo comes para saber si cuando acabes va a ocupar tu lugar o el de alguien más, además del constante pasar de esas personas y los meseros con la comida rozándote la espalda todo el tiempo terminó por engentarme en menos de 20 minutos. Después de comer (y que por cierto la comida ahí bien vale la pena el relajo de gente) me fui a guardame a mi casa hasta el día siguiente.
Futuros casos
Este jueves y viernes por ser Reyes es muy probable que la gente se arremoline en restaurantes o centros comerciales por lo que espero no tener que salir a ningún asunto donde encuentre a esos entes tan molestos llamados gente que de tener suerte solo volveran a salir en masas hasta el mes de febrero.
El sábado 14 de enero espero que esa gente se quede guardada o por lo menos alejada de Santa Fe, ya que pienso festejar mis 32 años en el Beer Factory del centro comercial y así cumplir con otro objetivo de la apuesta con Tatanka, así que también aquí aprovecho para extenderles la invitación a todos lo que quieran asistir al Beer Factory de santa Fe por ahí de las 10 de la noche y espero no engentarme ese día.
Nigger
Yo siempre me había considerado un anitsocial, pero leyendo esta definición, creo que no caigo en esta categoría. Es cierto que en lo general odio a la gente y no me gusta convivir con ella, y más cuando es gente sin sesos o "borregos" de la moda o la mercadotecnia. Obviamente no soy una persona social pero creo (no lo puedo afirmar categóricamente) que soy de sangre ligera y le caigo bien a las personas en lo general.
Dado que no soy un completo antisocial ni mucho menos una persona sociable, creo que la categoría sería semisocial y siendo más exactos, soy un semisocial tendiente a antisocial o un semisocial engentado, ¿porqué? porqué simple y sencillamente no me siento a gusto cuando hay más de 10 personas en una reunión o cuando hay que atravesar un mar de gente en un centro comercial o en un restaurante donde tienes que levantar tu voz porque el ruido de las mesas contiguas no te dejan escuchar las conversaciones.
Me gustan los lugares donde uno puede platicar a gusto sin tener que interrumpir las conversaciones con situaciones ajenas a ella, por ejemplo: cuando te piden que muevas tu silla para que una persona pase (o cuando de plano ni te piden permiso y pasan moviendótela con un sape de su chamarra-saco-suéter-bolsa del susdicho) o cuando las risas de otras personas te obligan a voltear o al menos alzar la voz (con el clásico gesto de hastío).
Tampoco disfruto de los lugares (bares, restaurantes o lo que sea) donde el sonido local, ya sea de música o anunciates, es demasiado fuerte y para comunicarte necesitas gritarle al oido a la otra persona. Este categoría excluye cuando el fin de asistir al lugar es precisamente escuchar la música (conciertos, bar 299 o similares).
Pero volviendo al caso del semisocial, yo tiendo mucho a engentarme rapidamente. Sobre todo en fechas donde la afluencia de personas se incrementa por algún acontecimiento tal como Navidad, 14 de febrero, Día de las Madres, visitas papales, etcétera. Y precisamente en esta época navideña tuvo dos episodios de este estilo con motivo de la navidad.
Caso 1
El viernes 23 tenía que acompañar (osea, hacerla de chofer) a mi prima al doctor en la mañana en la colonia Roma, después acompañar a mi papá a una reunión en la Nueva Aragón y de ahí teníamos que pasar a algún centro comercial para hacer las compras finales de navidad y llegar en la noche a casa de mi hermano Mario en la subida al Ajusco pasando Six Flags.
Decidí que ese centro comercial fuera Perisur por dos razones: 1) es el que quedaba más cerca de la casa de mi hermano y 2) porque hace mucho que no iba ahí y la vista debería ser gratificante. Llegamos como a eso de las 6 de la tarde al susodicho centro comercial y como era de esperarse, el estacionamiento estaba hasta gorro. Como tenpia 15 minutos de tolerancia, antes de que se cumplieran me salí del estacionamiento para dejar mi auto en las calles aledañas, dejando a mis papás, tías y prima en la entrada de Sanborns.
Al buscarlos en Sanborns tuve que cruzar media plaza deleitandome con la vista que ofrecen las féminas del sur de la ciudad y entré al baño de Sanborns, pero llegado a este punto y después de sortear el mar de gente estorbosa que hace barreras en los pasillos, que deja a medio pasillo la carreola con el niño llorando o las bolsas de sus compras o que se detiene en los aparadores sin importales si estás estorbando o no, decidí que iba a esperar a mis familiares sentado en una banca viendo mejor pasar la gente en lugar de caminar en medio de ella.
Después de manejar de Satélite a la Roma a la Nápoles, a la Nueva Aragón, al Pedregal, al Ajusco y de regreso a Satélite, creo que el episodio no estuvo tan mal al estar solo 90 minutos en el centro comercial en un 23 de diciembre.
Caso 2
El otro episodio sucedió al martes siguiente, ya que la semana de asueto en la mayoría de la gente estaba en su apogeo, y dónde el circular en la ciudad fue bastante agradable. Había quedado en ir con mi prima y mi hermano Carlos a comer a las Costillas de San Luis (en la calle de San Luis pasando Tonalá a media cuadra pasando el Hospital Santa Fe del lado izquierdo) y aunque el lugar siempre se llena, nunca había visto tanta gente a las 3 de la tarde en este lugar.
Teníamos que apañar lugar en las mesas comunitarias que están en el restaurante estilo los Churros El Moro del centro. Y después de ganar un lugar, ver como la demás gente te mira cómo comes para saber si cuando acabes va a ocupar tu lugar o el de alguien más, además del constante pasar de esas personas y los meseros con la comida rozándote la espalda todo el tiempo terminó por engentarme en menos de 20 minutos. Después de comer (y que por cierto la comida ahí bien vale la pena el relajo de gente) me fui a guardame a mi casa hasta el día siguiente.
Futuros casos
Este jueves y viernes por ser Reyes es muy probable que la gente se arremoline en restaurantes o centros comerciales por lo que espero no tener que salir a ningún asunto donde encuentre a esos entes tan molestos llamados gente que de tener suerte solo volveran a salir en masas hasta el mes de febrero.
El sábado 14 de enero espero que esa gente se quede guardada o por lo menos alejada de Santa Fe, ya que pienso festejar mis 32 años en el Beer Factory del centro comercial y así cumplir con otro objetivo de la apuesta con Tatanka, así que también aquí aprovecho para extenderles la invitación a todos lo que quieran asistir al Beer Factory de santa Fe por ahí de las 10 de la noche y espero no engentarme ese día.
Nigger
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