Flojera del sudeste

Nuestra querido México siempre ha sido dividido en varias regiones que cuentan con características de producción y actividad laboral. La zona norte del país cuenta con los climas más raquíticos en cuanto a agricultura, ganadería y demás, mientras que la zona sudeste del país tiene una de las mejores condiciones climatológicas como para poder tener abundancia en esos aspectos.

Esta característica hace que la forma de trabajo en ambas zonas (y la visión) sean diametralmente distintas, ya que los del norte tienen que trabajar muchas veces más de lo normal para obtener una producción decente de los que ustedes gusten, mientras en el sudeste esa producción se da prácticamente sin hacer esfuerzos.

De este hecho, se han derivado condiciones de trabajo que ponen a la gente del sudeste como personas flojas. Una imagen característica es el clásico tipo durmiendo su siesta en su hamaca colgando un pie al aire y tapándose la cara del sol con un sombrero.

Este preámbulo sirve como marco para el chiste que sigue (disculpen ustedes, la gente de Veracruz, pero cuando me lo contaron los pusieron de ejemplo... ni modo, al fin y al cabo solo es un chiste):

Resulta que un señor estaba a la hora de la siesta en su hamaca, su sombrero para taparse la cara del sol, que también le servía de matamoscas y como abanico, ya que el viento soplaba en dirección contraria a su casa y no le llegaba ni siquiera la brisa de rebote. El tipo vivía justo a la orilla de una carretera a la que nunca se le daba mantenimiento y las constantes lluvias y paso de camiones habían dejado muchos hoyos y baches en el pavimento.

El tipo oye que a lo lejos se acerca un camión, medio abre un ojo y distingue a un camión blindado que transportaba dinero de una sucursal bancaria a muy alta velocidad. Al acercarse el camión blindado a la casa, cae en uno de los hoyos más grandes, ponchándose las llantas, perdiendo el control y lanzando al viento miles de billetes de alta denominación como si fuera confeti.

Al ver la escena al tipo le brillan un poco los ojos al ver la cantidad de dinero volando sobre la poco transitada carretera y le grita a su esposa: "Viejaaaaa... sí cambia la dirección del viento nos volvemos millonarios"


Puede que el chiste no sea bueno, pero en su momento sirvió para comprender la mentalidad de ciertas personas que son reacias a trabajar.

Nota: Eso no implica que uno pueda ser o no flojo, siempre y cuando sea con su debida responsabilidad...

Nigger

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