Un mundo a la alza


Es irónico que México, siendo un país petrolero, tenga el precio de sus combustibles con una alza continua ligada a la inflación y no al precio del crudo. Si el precio del barril de crudo sube, nuestros combustibles suben, si el precio del barril de crudo baja, nuestros combustibles suben... ¿porqué?

México cuenta con una mezcla de crudo que hace que la que exportamos (Mezcla Mexicana de Exportación) sea la referencia respecto a los precios de crudo de otras partes. Nuestro petróleo es pesado y requiere de mayor proceso de refinación para poder usarlo como combustible, ya sea en gasolinas (Magna Sin, Premium o diesel) o gases (natural y LP o licuado de petróleo).

A nivel mundial, el precio de los combustibles depende muchas veces del nivel de exportación o importación contra el consumo interno, por eso en los países europeos que no tienen petróleo y todo lo tienen que importar, su precio al público es más alto, y contrastado con el precio de los combustibles en Venezuela (que son los más bajos de mundo) se puede explicar porque su consumo interno es muy bajo y exportan hasta el 80% de su producción.

México, al no tener una industria autosuficiente para la refinación de combustibles a partir del crudo, exporta gran cantidad de ella a Estados Unidos para que nos la refinen y nos la devuelvan como combustible, cobrándonos el precio por el servicio de refinación... o sea que la relación no es directa a la cantidad de crudo que exportamos. Además de que, como nuestra mezcla es pesada, los gringos usan otro crudo para refinarlo y regresárnoslo.

La forma en que se manejan las finanzas públicas, destinadas a incrementar la capacidad de refinación tampoco son usadas de manera directa, a pesar de obtener mejores ganancias por el precio tan alto del crudo. Esto deriva en que el precio de nuestros combustibles sea alto a partir de la refinación, pero los otros componentes que integran el precio de los combustibles también tienen su efecto: los impuestos y el margen comercial.

Antes de entrar en el tema de los impuestos, se debe de considerar en el precio de refinación, el costo de transporte y manejo de los combustibles. No solo perdemos capacidad adquisitiva al refinar fuera de México el combustible, sino también en su sola transportación y su almacenamiento. Estos costos, de tener México capacidad de refinación, serían sustancialmente menores. El margen comercial es un porcentaje directo del precio de venta, por lo que eso realmente no tiene un impacto negativo en el incremento del precio de los combustibles.

Los impuestos, además del IVA en los costos de transporte, de manejo, margen comercial, precio al público y de importación, tienen un impuesto especial de productos y servicios (IEPS) que se integran con una fórmula bien compleja que involucra un precio de referencia a partir del precio spot (de primera mano) de la gasolina de Estados Unidos de la región del Golfo, los costos de manejo, transporte, margen comercial y, de forma regresiva, el precio final al público.

Al hacer la operación de manera inversa, se puede identificar si el IEPS es alto, bajo, negativo o neutro, variando su ingreso mes a mes, y dependiendo de la agencia de distribución de que se trate, debido al incremento sostenido paralelo a la inflación y las variaciones del precio spot de la gasolina gringa... me explico: Tal como si estuvieran en sus clases de matemáticas despejando una ecuación donde la incógnita está en uno de los componentes de la fórmula inicial, si ya tenemos el precio de venta al público, el costos de refinación, el margen comercial (como porcentaje fijo del precio de venta final) y los impuestos por IVA, el faltante es el IEPS:

Precio de venta al público = Costo de refinación + margen comercial + IVA + IEPS


Entonces para obtener el IEPS sería:

IEPS = Precio de venta al público - costo de refinación - margen comercial - IVA


Obviamente la forma en que se componen ya en la práctica es mucho más compleja debido a todos los factores y variables que la integran. Si a esto le añadimos que el costo de refinación involucra el precio spot de los gringos más un costo de transporte que varia dependiendo de la región donde se entregan los combustibles, el IEPS también debe de variar. El problema radica en que desde hace dos años, el precio spot de la gasolina gringa ha subido tanto por estar tan correlacionado con el precio del crudo, que al hacer la operación del IEPS, ésta sale negativa, o sea, se vuelve un subsidio para el gobierno en lugar de un ingreso como impuesto.

El anunciado incremento a las gasolinas y diesel no va a representar en sí un ingreso para el gobierno, sino una disminución al subsidio que otorga a las gasolinas, compensando el impacto negativo del IEPS. De ahí que la paradoja resulte en que nuestra gasolina se vea afectada a medida de que el precio del crudo se incrementa, como ha estado sucediendo estos días.

Los legisladores, al proponer el incremento a las gasolinas, obedecieron a un precio de crudo alto, pero ahora, que el precio de crudo amenaza con seguir subiendo de nivel, apresuraron el incremento para entrar en vigor en octubre y no en enero como se había anunciado en un principio.

Todo esto, lejos de llegar a comprender las acciones del gobierno para cargarle el costo de la refinación al público en general, solo nos deja ver la incapacidad de nuestras autoridades para establecer una estrategia de refinación que nos haga autosuficientes en materia energética y no tengamos que seguir dependiendo de lo que los mercados internacionales dicten. Esta incapacidad puede deberse a que no se cuenta con la infraestructura necesaria, la investigación o la apertura a inversión privada en materia de refinación y es ahí donde deben de hacerse programas o acciones estratégicas para tener esa capacidad de refinación.

Paradójicamente, la gente sigue defendiendo la premisa de no privatizar la refinación, pero eso sí, que mal que nos suban el precio de la gasolina. Ojo, privatizar la refinación no significa privatizar la explotación de nuestro precisos recurso natural que es el petróleo y este argumento ha sido rebotado una y otra vez por los legisladores que no tienen ni idea de lo involucra privatizar la refinación.

¿Todavía creen que privatizar sea malo? Hagan sus cuentas de cuanto gastarán en gasolina y luego piénsenlo otra vez... yo apoyo esa idea desde hace varios años.

Nigger

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