Deudas

En México estamos cambiando la forma de ver las finanzas personales con tanto crédito que se nos está otorgando y no me refiero únicamente a las instituciones bancarias, sino a empresas a las que acudimos regularmente, como supermercados de autoservicio (Wal-Mart, Chedrahui, Elektra, Gigante) o departamentales (Liverpool, Sears, Sanborns) e incluso tarjetas de descuento en lugar de crédito, como las TDU (Tarjeta de Descuento Universitaria) o TDE (Empresarial) o las que otorgan compañías de telecomunicaciones (Nextel, AT&T, Avantel).

Cada vez más estas corporaciones nos están endeudando la vida, pero ¿es bueno endeudarse? Si tomamos en cuenta que una deuda va en función de garantías que les permitan a los prestan el dinero (acredores) saber que van a tener su dinero de vuelta, cobrando un interés por el riesgo (vease post de riesgo) de no recuperar su inversión, entonces podríamos pensar que es tonto endeudarse por la sencilla razón de que si puedo pagar el dinero que me prestan, entonces para qué lo pido prestado.

Pues la razón simplista indica que es mejor no endeudarse nunca, pero no hay nada más cierto que el hecho de endeudarse es bueno. Es más, diría yo que es excelente endeudarse, pero (siempre hay un pero) el problema radica en saber cómo y cuánto.

Veamos un caso de empresa: Supongamos que yo tengo un negocio que vende, digamos, comida. El negocio tiene ingresos de 100,000 pesos al mes y gastos de 80,000 pesos al mes, por lo que me queda una ganancia de 20,000 pesos mensuales. La renta del local me cuesta 15,000 al mes (incluídos en los 80,000 de gastos) y yo quiero expandirme, pero no me puedo gastar de inicio 15,000 de mis 20,000 de ganancia para montar otro local en lo que arranca el negocio nuevo, ya que eso me dejaría con sólo 5,000 para mis gastos personales o como ganancia neta.

Además, si tengo una actitud visionaria, puedo montar no 1 negocio más, sino, digamos 20 más. Esto implicaría que requiero de 300,000 pesos en puras rentas y mi negocio sólo me deja 100,000 pesos de ingresos brutos al mes. Si yo trato de elevar mi negocio con mi propio capital entonces requería de varios años para tener el negocio tal como lo imaginé, pero tengo la otra opción de pedir dinero prestado...

Supongamos que pido prestados esos 300,000 pesos de rentas, además de otros 200,000 para mis alimentos de un mes en los 20 establecimientos. Quien me los presta me dice que me va a cobrar por los 500,000 pesos un interés de 10% anual, quedando mi deuda total en 550,000 pesos que tengo que pagar al final del año. Ya establecido, mis ventas por los 20 locales me da ganancias netas mensuales de 400,000 pesos de los cuales destino 50,000 pesos para ir pagando mi deuda. Si dividimos esos 50,000 entre los 20 locales que tengo, me da que estoy destinando 2,500 pesos de la ganancia de cada local para pagar la deuda total (que en 11 meses quedría liquidada) en lugar de los 15,000 que hubiera tendio que destinar en caso de querer expandirme de 1 en 1 con mi propio capital.

Obviamente las ganancias totales son exponencialmente mayores cuando manejo deuda en lugar de capital propio. Pero también existe la contraparte de invertir mi propio capital. Por un lado el tener deuda me permite crecer mucho, pero es de todos sabido que una organización cuando es grande gasta más en lo administrativo. Si tomamos el ejemplo del negocio de comida, para tener 20 locales, además tendría que contar con administradores, repartidores, contadores, sistemas de control, oficinas administrativas, camiones de reparto, etcétera y que se le tendrían que restar a los 350,000 pesos de ganancia mensual de los 20 locales. Este gasto puede llegar a ser tan alto como la ganancia misma y por lo mismo nos impediría pagar a tiempo la deuda.

A nivel particular, cuando gastamos más de los que podemos ganar, entramos en ese desagradable aspecto de "morosidad", de no poder pagar lo que nos prestaron. Pero los préstamos nos permiten obtener bienes que por nuestros propios esfuerzos no tendríamos acceso, por ejemplo al compraron un auto, al comprar una casa o departamento, hacer un viaje, comprar muebles, etcétera. La deuda permite a un individuo que quiere, digamos, comprar un auto, acceder a comprarlo por ejemplo un auto de 200,000 pesos en 230,000 pero en pagos mensuales durante un periodo de un par de años que con la percepción mensual bien puede liquidarlo en el plazo establecido.

Lo que siempre hace falta es hacer un verdadero análisis de ingresos para saber si con nuestros gastos mensuales nos alcanza para curbrir mensualidades de compromisos financieros que adquirimos. Las tarjetas de crédito que son muy usuadas en lo general no cobran si uno liquida el total de su deuda en menos de un mes, pero siempre tienen la opción de pagos mínimos que contemplan una parte muy alta de cobro de intereses pensando en que se puede liquidar la deuda en un plazo que varía de 12 a 36 meses generalmente.

Haciendo un análisis financiero de una empresa, e incluso a nivel particular, se puede determinar que nivel de endeudamiento máximo recomendable siempre es de 3 a 1, es decir, que del capital con que uno cuenta, máximo entre el 25% de ese dinero debe de ser propio y el resto puede ser de deuda. Una situación normal indicaría un rango de entre un 33% a un 50% de capital propio con el restante en deuda y un nivel de endeudamiento bajo sería un 75% de capital propio con el resto en deuda.

Menor a este nivel e incluso tener el 100% de capital propio es perjudical al limitar el crecimiento de una empresa o negocio al tener un costo de oportunidad muy alto. Evidentemente el costo de oportunidad nunca es tangible, y se refiere a las utilidades que uno deja de percibir por no haber podido aprovechar una oportunida de crecimiento. Como ejemplo podemos tomar el negocio de la comida nuevamente, si vemos que hay una zona donde se puede introducir el negocio y obtener ganancia y por el algún motivo no se abre el negocio, el costo de oportunidad fue de 20,000 pesos (la ganancia neta de un local) pero realmente no fue una pérdida. Este concepto a nivel particular lo vemos cuando no podemos hacernos de un bien o servicio por no contar con crédito, o deuda que nos permita obtenerlo.

Por ejemplo, si queremos viajar a Europa y sabemos que el viaje nos cuesta, digamos, 30,000 pesos por una semana, pero yo gano 15,000 entonces requeríra de pedir prestado para hacer este viaje. Si yo cuento con una tarjeta de crédito que me permite endeudarme por 50,000 pesos, entonces puedo hacer el viaje y pagarlo en mensualidades con mi salario de 15,000 pesos. Pero si yo no tengo esa tarjeta entonces no tengo posibilidades de hacer el viaje (por lo menos en ese momento) y eso es lo que se considera un costo de oportunidad, aunque es claro que la ganancia en este caso no es monetaria, sino de satisfacción personal.

Todos estos argumentos nos indican que endeudarnos es bueno, pero siempre con límites que nos permitan liquidar esas deudas en un periodo determinado y no que se nos vuelva una bola de nieve que no tiene fin.

Este tema es todavía más amplio, pero de por sí este post ya quedó bastante largo con el mero princpio, por lo que no voy a poner toda la base matemática en la que se fundamenta el apalancamiento financiero (endeudamiento), y como pone el Patán si es que ya se chutaron todo este rollo: Gracias por leer

Nigger

Comentarios

Christian dijo…
Bravo huevón hasta que haces un post de tamaño decente y sin pegar algo.

Voy a hacer una lista en mis links como la tuya que en vez de decir que no postean seguido, va a decir haragansitos, donde postean un chingo pero pegando y haciendo posts que parecen mensajes de messenger. Eso si creyendose los grandes titanes posteadores de blogs, tanto como para discriminar en sus links.

Independiente de mi queja, buen post.

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